Menos mal que estoy en Madrid. Porque ya sabemos que en Madrid «uy, ahí hay mucho de lo tuyo».
Menos si no tienes seis años de experiencia, tres idiomas (nativos los tres), máster, doctorado y cursos súper ultra superiores, eres menor de 22 años, tienes coche, moto, camión y tractor y sabes tocar la flauta travesera con la nariz mientras haces la cantidad exacta de macarrones para tres personas. Porque si no cumples esos pequeños requisitos, date por jodido. Pero recuerda que «en Madrid hay mucho de lo tuyo».
Lo que sí me han ofrecido son muchas prácticas. Y no importa no ser estudiante, porque ellos mismos tienen unos maravillosos cursos de formación que por la módica cantidad de 1000 euros te forman. Eso sí, las prácticas sin remunerar, porque no veas tú lo que se aprende con ellos. Que menudo favorazo te están haciendo y tú pensando en dinero. ¡Materialista! Qué experiencia, qué maravilla.
Así que he ampliado horizontes laborales y me ofrezco también para cuidar niños, pasear perros y viceversa. No descarto tampoco ser dependienta o donar óvulos.
De momento he ganado 2 euros haciendo tests (si alguien quiere que me diga, que por cada invitado me dan 50 centimazos).
Pero no pasa nada. Yo lo llevo bien.